Vengo de abajo, donde las calles tienen nombre de presidente, revolucionario, o fecha conmemorativa. Nací en una ciudad de nombre colonial, latino, un ser de otro país que emana fuerza de color de piel.

Como ciudadano mexicano tuve que pasar por varias pruebas que me mantuvieron al margen de la sociedad. Tuve que adquirir de igual manera una forma de pensar, una creencia teniendo así que tomar como papel mi nacionalidad.

Como yo el día de hoy somos millones, solo en este país. No importa si somos cubanos, chilenos, mexicanos, filipinos, o indios; somos todos experimentos de la evolución cognitiva.

¿Qué hay del otro lado?

Es dicho que el humano llegó hace más de cien mil años al continente australiano. Por curiosidad, el hombre descubrió la navegación.

Hoy me siento como el primero en vivir mi vida como solo yo lo he hecho desde hace ya siete anos. Claro que entiendo las reglas, pero siempre al romper una de sus leyes he pensado el como defender mi humanidad de igual manera ante ellas.

Soy un luchador social; empiezo con migo mismo, y después con nosotros, no por egoísmo, mas bien por acierto y error.

¿Qué el porque de mi emigración?

Les diré que mas de uno de ustedes aun conservan alguna conducta que solo se podría comparar como un deseo animal. Muchas de ellas aun consideradas delictivas; pero ¿cómo es que los patos no necesitan una visa y nacionalidad para continuar viajando libremente de norte a sur cada invierno, y lo único que hacen es aparecer en libros y revistas como parte de la fauna estaciona?

Merezco—merecemos por derecho como especie—migrar sin restricciones. Si se hizo en la antigüedad para encontrar mejor alimento, clima, y seguridad para la supervivencia, es un derecho humano. Es decir mi derecho también.

No nos deberían encerrar en esas cárceles llamadas países, donde en ocasiones están gobernados por idiotas, donde no se vive con justicia. Somos turistas por decreto, residentes de cada ciudad. Nuestros pasaportes deberían ser llenado de sellos antes de ser expedido.

¿Quiénes emigran?

Emigramos los escritores, nómadas, madres con hijos de brazos. Emigran también los sonadores, los que desean cambiar al mundo, los que nos les basta una sola forma de pensar. Emigran los paisajistas, escultores, los amantes de la belleza, que la encuentran en cada rincón del mundo. Emigran los que tienen curiosidad, los que desean hablar mas de un idioma, los que conocen con certeza que han a morir. Emigran los músicos que hacen fusión, los cocineros, y todos los que necesitan encontrarse a si mismos.

¿Por qué emigrar?

Uno de mis escritores preferidos dijo para una entrevista:

<<Jamás imaginas que en el exilio lo más que se acrecienta en nuestra vida es la empatía por cada ser.>> —Pepe Mujica

Vivió en México, Argentina, Perú, Barcelona, Francia, e Inglaterra, donde a su paso por todas estas nacionalidades. Logró escribir una infinidad de cuentos, vistas localmente y expresadas para todo el mundo, y así nos damos cuenta como no somos tan distintos desde las señoras que tienden la ropa al sol, las cafeterías donde se reúnen dos a conocerse, los taxis, y la necesidad. Así es como reconocí que, al limitarme solamente a una sola forma de pensar, yo adquiría este sentir de ser menos humano, y mas un utensilio.

Quienes entienden este punto sabrán darme la razón, que al darnos la oportunidad de conocer otras etnias y creencias, comenzamos a reconocer que pertenecemos a nosotros mismos y no a un lugar; al respetar y ser conscientes de que el mundo solo se debe de ver objetivamente para disfrutar su verdadera naturaleza, trascendemos de manera distinta.

En si, salir de tu hogar y viajar al siguiente poblado, salir de tu zona de confort, salir de la burbuja, de tu patria—donde todo ya tiene forma de algo, nos servirá para ir adquiriendo conocimientos, nos ayudará a darle forma a lo que desconocemos, nos ayudará a tachar de nuestra lista todos los temores que hay en ella, como el racismo, la violencia, y el mismo odio, volviendo todo mas claro.

El racismo es solo un temor, por eso necesitamos hacer que todo ser humano viaje a cada rincón, así en lugar de odiar a quienes lo visitan, sabrá ser un buen anfitrión para los que van de paso por su mundo. El racismo, la desigualdad, y la violencia se debe de combatir con una mejor educación, y para esto se deben abrir las fronteras a quienes dedicamos nuestra vida a ensenar, y crear para el futuro.

Volver a nuestro hogar

Y después, ya teniendo pies cansados de tanto caminar por los vecindarios y hace el amor con tanta gente, ya después de acentuar nuestro lenguaje de tantas maneras, mucho después de llorar y sentir la lejanía de lo que alguna vez dejamos atrás, cuando la consciencia de que nos fuimos de un punto de partida—de la casa de nuestros padres, del rancho de la abuela, del lugar que te vio y dio la base de quien eres; entonces, sin importar las riquezas del mundo, también tenemos el mismo derecho de volver. Y volver tiene que ser nuevo, otro punto de partida.


Ulises Y Navarro is on Instagram at: ulisesyairnavarro

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