This article is bilingual! Scroll down for the English translation.

El Valle de Yakima, situado en el estado de Washington, es una región agrícola prominente donde la industria ganadera, lechera y los criaderos dominan el paisaje. Sin embargo, esta misma prosperidad agrícola ha dado lugar a serios problemas de contaminación del agua, afectando a miles de residentes en áreas rurales. La alta concentración de granjas lecheras y ganaderas ha provocado que grandes cantidades de estiércol, rico en nitratos, se filtren en el agua subterránea, contaminando los pozos privados que muchos residentes utilizan como fuente principal de agua potable.

Impacto de la contaminación por nitratos

El problema de la contaminación por nitratos en el Valle de Yakima es uno de los más graves, ya que los nitratos son compuestos altamente móviles que pueden filtrarse fácilmente a través del suelo y llegar a las aguas subterráneas. Cuando se consumen en altas concentraciones, los nitratos pueden causar una serie de problemas de salud, incluidos trastornos graves como el síndrome del bebé azul, una condición que afecta la capacidad de los bebés para transportar oxígeno en la sangre, y un mayor riesgo de cáncer gástrico en adultos​ (según lo informado por el USC Center for Health Journalism y el Washington State Department of Ecology).

Un estudio realizado por la Environmental Protection Agency (EPA) hace algunos años reveló que uno de cada cinco pozos probados en comunidades del Valle de Yakima contenía niveles de nitratos por encima de los estándares federales, pero a pesar de estos hallazgos alarmantes, se ha hecho poco para mitigar el problema. Las fuentes de agua contaminada en el área provienen principalmente del manejo inadecuado del estiércol por parte de las granjas lecheras y ganaderas, que almacenan este material en condiciones que facilitan su filtración al subsuelo. La situación se agrava aún más en pozos privados que no están sujetos a controles o inspecciones regulares, lo que pone a las comunidades rurales en un riesgo constante​.

La lucha legal y regulatoria

A lo largo de los años, la EPA ha tomado medidas para abordar la contaminación en el Valle de Yakima, pero con resultados mixtos. Por ejemplo, la EPA ha presentado demandas contra varias granjas lecheras, incluida la notoria Cow Palace Dairy, acusándolas de violar la Ley de Conservación y Recuperación de Recursos (RCRA). Un fallo judicial histórico en 2015 determinó que el manejo inadecuado del estiércol en estas granjas constituía una forma de "vertedero abierto", lo que estaba contaminando las aguas subterráneas y poniendo en peligro la salud pública​.

A pesar de estos esfuerzos, la implementación de medidas correctivas ha sido lenta y difícil. Las lecherías han recurrido a tácticas dilatorias y han fallado repetidamente en cumplir con las órdenes de la EPA, lo que ha perpetuado la contaminación y dejado a las comunidades locales sin acceso a agua potable segura. Además, aunque se han llevado a cabo algunas acciones, como la instalación de pozos de monitoreo adicionales y la provisión de agua embotellada en emergencias, estas medidas no han sido suficientes para abordar el problema de manera efectiva y sostenida, según dtnpf.com.

Injusticia laboral en las lecherías

El problema de la contaminación del agua está estrechamente relacionado con las condiciones laborales en las lecherías y criaderos del Valle de Yakima. Los trabajadores, muchos de los cuales son inmigrantes y viven en situación de pobreza, a menudo residen cerca de las granjas donde trabajan, lo que los expone a los riesgos de la contaminación del agua. Además, estos trabajadores suelen carecer de acceso a servicios de salud adecuados, lo que aumenta su vulnerabilidad a los efectos negativos de la exposición a nitratos y otros contaminantes.

Los trabajadores agrícolas en estas áreas a menudo enfrentan condiciones de trabajo precarias, bajos salarios y falta de acceso a servicios básicos. La situación se ve agravada por la falta de protección legal y la escasa supervisión de las condiciones laborales. Esto ha llevado a un círculo vicioso donde la contaminación del agua y la injusticia laboral se refuerzan mutuamente, creando una crisis de salud pública y derechos humanos en estas comunidades​ 

La importancia de la documentación y la defensa comunitaria

Ante la inacción gubernamental y las prácticas empresariales irresponsables, organizaciones comunitarias y proyectos como WEAREELLA y Alcon Media, LLC con Tejido de Voces serie documental han surgido como defensores clave para las comunidades afectadas. Este documental se centra en contar las historias de las personas que viven en las zonas rurales afectadas por la contaminación del agua, dando voz a aquellos que a menudo son ignorados en las discusiones políticas y regulatorias.

Tejido de Voces no solo documenta los efectos devastadores de la contaminación del agua en la salud y el bienestar de las comunidades rurales, sino que también busca empoderar a estas comunidades proporcionándoles la información y las herramientas necesarias para abogar por sus derechos. El proyecto ha sido fundamental para elevar la conciencia pública sobre la situación en el Valle de Yakima y presionar a las autoridades para que tomen medidas más efectivas​ 

La contaminación del agua en el Valle de Yakima es un problema complejo que afecta a miles de residentes rurales, exacerbado por la presencia de la industria ganadera y lechera. A pesar de los esfuerzos regulatorios, la contaminación persiste, afectando gravemente la salud pública y destacando problemas de injusticia laboral en la región. La lucha por un agua limpia y segura es una cuestión de derechos humanos que requiere la atención urgente de las autoridades y el apoyo continuo a los esfuerzos de defensa comunitaria como los de WEAREELLA y Alcon Media, LLC con Tejido de Voces serie documental. Solo a través de una acción concertada y sostenida se podrá garantizar que todas las personas en el Valle de Yakima tengan acceso a un agua potable segura y a condiciones de vida dignas.


English translation:

The Yakima Valley, located in Washington State, is a prominent agricultural region where the livestock and dairy industries, along with breeding farms, dominate the landscape. However, this agricultural prosperity has led to severe water contamination problems, affecting thousands of residents in rural areas. The high concentration of dairy and livestock farms has caused large amounts of manure, rich in nitrates, to seep into the groundwater, contaminating private wells that many residents rely on as their primary source of drinking water.

Impact of nitrate contamination

Nitrate contamination in the Yakima Valley is one of the most severe issues, as nitrates are highly mobile compounds that can easily infiltrate through the soil and reach groundwater. When consumed in high concentrations, nitrates can cause a range of health problems, including serious conditions such as blue baby syndrome, a condition that affects infants' ability to carry oxygen in their blood, and an increased risk of gastric cancer in adults (as reported by the USC Center for Health Journalism and the Washington State Department of Ecology).

A study conducted by the Environmental Protection Agency (EPA) a few years ago revealed that one in five wells tested in Yakima Valley communities contained nitrate levels above federal standards; but despite these alarming findings, little has been done to mitigate the problem. The contaminated water sources in the area primarily stem from the improper management of manure by dairy and livestock farms, which store this material in conditions that facilitate its seepage into the soil. The situation is further exacerbated in private wells that are not subject to regular inspections or controls, putting rural communities at constant risk.

Legal and regulatory struggles

Over the years, the EPA has taken measures to address contamination in the Yakima Valley, but with mixed results. For example, the EPA has filed lawsuits against several dairy farms, including the notorious Cow Palace Dairy, accusing them of violating the Resource Conservation and Recovery Act (RCRA). A landmark court ruling in 2015 determined that the improper handling of manure at these farms constituted a form of "open dumping" which was contaminating groundwater and endangering public health.

Despite these efforts, the implementation of corrective measures has been slow and challenging. Dairies have resorted to delay tactics, and have repeatedly failed to comply with EPA orders, perpetuating the contamination and leaving local communities without access to safe drinking water. Additionally, while some actions — such as the installation of additional monitoring wells and the provision of bottled water in emergencies — have been taken, these measures have not been sufficient to effectively and sustainably address the problem, according to dtnpf.com.

Labor injustice in dairies

The issue of water contamination is closely linked to the working conditions in the dairies and breeding farms of the Yakima Valley. Workers, many of whom are immigrants living in poverty, often reside near the farms where they work, exposing them to the risks of water contamination. Furthermore, these workers often lack access to adequate healthcare, increasing their vulnerability to the negative effects of nitrate and other contaminant exposure.

Agricultural workers in these areas often face precarious working conditions, low wages, and a lack of access to basic services. The situation is exacerbated by the lack of legal protection and limited oversight of working conditions. This has led to a vicious cycle where water contamination and labor injustice reinforce each other, creating a public health and human rights crisis in these communities.

The importance of documentation and community advocacy

In the face of governmental inaction and irresponsible business practices, community organizations and projects like WEAREELLA and Alcon Media, LLC with their Tejido de Voces documentary series have emerged as key advocates for affected communities. This documentary focuses on telling the stories of people living in rural areas affected by water contamination, giving voice to those often ignored in political and regulatory discussions.

Tejido de Voces not only documents the devastating effects of water contamination on the health and wellbeing of rural communities, but also seeks to empower these communities by providing them with the information and tools necessary to advocate for their rights. The project has been instrumental in raising public awareness of the situation in the Yakima Valley and pressuring authorities to take more effective action.

Water contamination in the Yakima Valley is a complex issue that affects thousands of rural residents, exacerbated by the presence of the livestock and dairy industries. Despite regulatory efforts, contamination persists, severely impacting public health and highlighting issues of labor injustice in the region. The fight for clean and safe water is a human rights issue that requires urgent attention from authorities and continued support for community advocacy efforts like those of WEAREELLA and Alcon Media, LLC with the Tejido de Voces documentary series. Only through concerted and sustained action can it be ensured that all people in the Yakima Valley have access to safe drinking water and dignified living conditions.


Sara Ochoa es directora de proyectos audiovisuales en Alcon Media y El Centro de la dignidad.

Sara Ochoa is the Director of Audiovisual Projects at Alcon Media and the Center for Dignity.


Este artículo es presentado por El Vuelo Informativo, una asociación entre Alcon Media, LLC y Tumbleweird, SPC.

This article is brought to you by El Vuelo Informativo, a partnership between Alcon Media, LLC and Tumbleweird, SPC.