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En ocasiones conviene tener una reserva de valor dado que el futuro no es un patrimonio que nos pertenezca, más bien, es un escenario que uno va, poco a poco, construyendo con esfuerzo propio aunado a los factores socioeconómicos que le dan sentido al esfuerzo humano.
Cuando esos factores socioeconómicos son adversos se nos puede ir por la borda cualquier plan o, peor aún, desbaratar lo que ya tenemos y dado que no poseemos dotes de adivinador (eso significa que somos falibles) entonces lo mejor es irse por la senda del camino seguro.
Ante un escenario político en el que los migrantes latinoamericanos somos el chivo expiatorio de una horda histérica conformada por sujetos necesitados de terapia psiquiátrica cosa que otorga un gran riesgo en el que podemos ser víctimas de un entorno adverso.
Así que, tanto una deportación como una situación de incapacidad laboral, nos los puede cambiar todo y no queda más que atenerse a lo que dice la popular frase… para más seguro, entonces más amarrado.
El Peter (Pedro, pues) es uno de mis ex-compañeros de la secundaria, de allá del barrio, en mi amada Ciudad Neza, este amigo emigro y se vino para acá, al Gabacho. Ya en tierras gringas anduvo de acá para allá hasta que se estableció en Phoenix, Arizona. Al principio trabajó en el sector de la construcción como empleado en un jale que le proporcionaba un salario para vivir dignamente (más o menos).
En México, él, trabajó en una cadena de tiendas departamentales. En algún momento, Peter fue contactado por una muchachona –muy guapa– que lo convenció de afiliarse a la AFORE de la que ella era promotora, sin embargo, el Peter sólo quería tener pretexto para dialogar con ella e invitarla a salir, total que sucedió lo que el Peter quería, pues aunque feo, él sabía hacerlas reír y eso a veces cuenta más que una cartera con hartos billetes o una cara de galán con cuerpo de bailarín exótico. Pá no hacer el cuento largo; la promotora de la AFORE se convirtió en su novia, al paso de los meses, su relación tronó como una chinampina, pues si bien el Peter la hacía reír, no siempre tenía pesos para llevarla al cine, o invitarla a bailar y menos pal cinco letras, así que ella se hartó de la pobreza del Peter y termino cambiándolo por un chavo que trabajaba como cajero en una sucursal bancaria y es que a finales del siglo pasado, al menos en México, ser empleado bancario era algo así como subirte al escalón más bajo de la escalera que te lleva a la cúspide del sistema económico neoliberal y, aunque era el escalón más bajo, al menos ya eras parte de ese sistema económico.
Dolido, el buen Peter, quiso ingresar a laborar a un Banco; pero con la pura secundaria terminada no le alcanzó más que para conseguir chamba como promotor de tarjetas de crédito y no le fue tan mal, pero de plano jamás pudo tener un ingreso como el del bato que le bajo la novia, así que sintiendo que México ya no le ofrecía nada mejor se vino para el Gabacho y al llegar acá, después de que la fortuna le fue tan esquiva, en algún momento esta termino sonriéndole.
En algún jale, el buen Peter, conoció al que sería su suegro y se fue con él cuando este se independizo y puso su propia empresa constructora, luego se casó con la hija del jefazo y al poco tiempo el jefazo-suegro falleció y él se quedó cargo del changarro que iba viento en popa ¿Qué podría faltarle en este momento de buenaventura? La respuesta era que no tenía la residencia y seguía ilegal en el país del dólar.
Recordemos que cómo empleado en la Ciudad de México, el buen Peter, se afilio a una AFORE y acá en el gabacho, alguna vez, uno de sus ayudantes le mencionó que podía realizar ahorro voluntario en su cuenta de AFORE sin necesidad de ir a México y el Peter aunque no prestó atención sí recordó ese comentario por años. Años después, su hermano le visitó y en su visita le contó que trabajaba como promotor de AFORE y que en esa actividad le iba bien, cosa creíble pues el tipo llegó al gabacho con visa de turista, conocedor del tema, el hermano convenció al Peter para que descargará la aplicación móvil –de su AFORE– y le insistió en realizar aportaciones voluntarias; dado que su AFORE pagaba buen rendimiento y lo mejor era que una buena cantidad de dinero era inembargable y que podía retirar ese dinero tanto aquí como allá, aunque la idea era que ese dinero lo dejará en su cuenta, al menos, hasta que regresará a México o cumpliera sus 65 años.
El Peter, acato la recomendación de su hermano y logró juntar (a lo largo de unos años) diez mil dólares, hace poco me lo encontré en México, había sido deportado hace unos días, me contó toda su aventura de vida y me presumió que tenía como doscientos mil varos para reiniciar una vida en México, y que pensándolo bien ya estaba ruco para regresar al gabacho. Al Peter no sólo se le acumularon los dólares ahorrados sino los rendimientos y los rendimientos sumados a los rendimientos y las aportaciones constantes, esta lana la acumuló en unos cinco o seis años con base en los dólares que le arrebato a los gastos hormiga como las pedas o los cigarros así como que cada lanita extra que recibía, en vez de gastarla, la ahorraba en su AFORE.
https://www.aforeweb.com.mx/localiza-tu-afore
English translation:
Sometimes it's wise to have a reserve of value since the future isn't a possession we own, but rather a scenario that we, little by little, build with our own effort, combined with the socioeconomic factors that give meaning to human effort. When those socioeconomic factors are adverse, any plan can go out the window, or worse, it can undo what we already have. And since we don't have the gift of being fortune tellers (which means we're fallible), the best option is to take the safer path.
In a political scenario where Latin American migrants are the scapegoat for a hysterical mob of people in need of psychiatric therapy, it creates a significant risk, and we can become victims of an adverse environment. So, both deportation and a situation of work incapacity could change everything for us, and the only thing left to do is adhere to the popular saying... the more tied down, the more secure.
Peter (Pedro, that is) is one of my former high school classmates, from the neighborhood, in my beloved Ciudad Neza. This friend emigrated and came here, to the States. Once in the U.S, he moved from place to place until he settled in Phoenix, Arizona. At first, he worked in construction as an employee in a job that provided him with a salary to live decently (more or less). In Mexico, he had worked for a chain of department stores. At some point, Peter was approached by a very attractive young lady who convinced him to join the AFORE she was promoting. However, Peter just wanted an excuse to talk to her and invite her out. In the end, what Peter wanted happened, as even though he wasn't handsome, he knew how to make her laugh, and that sometimes counts more than a wallet full of bills or a heartthrob with the body of an exotic dancer.
To make a long story short, the AFORE promoter became his girlfriend, but after a few months, their relationship ended like a popped balloon. Although Peter made her laugh, he didn't always have enough money to take her to the movies or invite her to dance, and definitely not for the five letters, so she grew tired of his poverty and ended up leaving him for a guy who worked as a cashier at a bank branch. Back in the late ‘90s, at least in Mexico, being a bank employee was like stepping onto the lowest rung of the ladder leading to the pinnacle of the neoliberal economic system; and even though it was the lowest rung, at least you were part of that economic system.
Heartbroken, Peter wanted to work at a bank, but with only a high school diploma, he could only get a job as a credit card promoter, and it wasn’t so bad. But he never made as much as the guy who took his girlfriend. Feeling like Mexico had nothing more to offer him, he came to the U.S, and after some time, when fortune had been elusive, it eventually smiled upon him. In a job, Peter met his future father-in-law and went to work with him when he started his own construction company. Then, he married his boss's daughter, and not long after, his father-in-law passed away, leaving Peter in charge of the thriving business. What could be missing at this moment of good fortune? The answer was that he didn't have residency and was still illegal in the land of the dollar.
Remember that as an employee in Mexico City, Peter had joined an AFORE, and here in the U.S, one of his assistants once mentioned that he could make voluntary contributions to his AFORE account without needing to go back to Mexico. Although Peter didn’t pay much attention at the time, he remembered that comment for years. Years later, his brother visited him and told him that he worked as a promoter for an AFORE and was doing well in that job. This was believable because his brother had arrived in the U.S. with a tourist visa and was knowledgeable about the topic. The brother convinced Peter to download the mobile app for his AFORE and insisted that he make voluntary contributions since his AFORE paid good returns, and the best part was that a large amount of money was protected from being seized and could be withdrawn both here and in Mexico. The idea was for Peter to leave the money in his account until he either returned to Mexico or reached 65 years old.
Peter followed his brother's advice and, over a few years, managed to save up $10,000. I recently bumped into him in Mexico; he had been deported just a few days earlier. He told me his life story and proudly mentioned that he had about two hundred thousand pesos to restart his life in Mexico, and that, thinking about it, he was too old to go back to the U.S.
Not only had Peter accumulated the dollars he saved, but also the returns on those savings, and the compounded returns on those returns, along with his regular contributions. He managed to accumulate this money in about five or six years by cutting back on small expenses like partying and smoking. Whenever he received a little extra cash, instead of spending it, he saved it in his AFORE.
https://www.aforeweb.com.mx/localiza-tu-afore
Lic. Marcelo Tecualt es un asesor de pensiones del IMSS.
Lic. Marcelo Tecualt is an IMSS Pension Advisor.
Este artículo es presentado por El Vuelo Informativo, una asociación entre Alcon Media, LLC y Tumbleweird, SPC.
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