El Santo, c. 1960 / CC0

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No habrá otro como él. Fue el único superhéroe mexicano de carne, hueso... y máscara. Se llamaba Rodolfo Guzmán Huerta, nació el 23 de septiembre de 1917 en Tulancingo, Hidalgo, medía 1.75 metros y pesaba alrededor de 95 kilos. Obrero en una fábrica textil, hacia 1933 aprendió lucha libre junto con sus hermanos Miguel y Jesús en el Casino de la Policía de la Ciudad de México. Debutó como luchador profesional a los 16 años. Tuvo varios nombres, hasta que se quedó con el de El Santo, peleando por primera vez con ese nombre el 26 de abril de 1942 en la Arena México. Al principio combatía del lado de los rudos, pero pronto se cambiaría al bando técnico. No fue él quien inventó la famosa llave de a caballo, pero sí quien la popularizó. Era su llave favorita. Consiste en sentarse sobre la espalda del rival, tomándole los brazos y colocándolos sobre los muslos. El siguiente paso es entrelazar los dedos sobre la barbilla del contrincante y ejercer presión, jalándole hacia atrás hasta lograr la rendición.

Aprovechando la creciente fama del personaje, se lanzó a la venta en los puestos de periódicos la historieta Santo, El Enmascarado de Plata, que se publicaría semanalmente desde 1950 hasta la década de los 80. Al principio el propio luchador posaba para las fotos, pero luego lo sustituyó Héctor Pliego, Míster México 1969.

El salto del Santo desde los encordados a la historieta y de ahí a la pantalla grande fue tan vertiginoso como las volteretas que daba en el aire en cada una de las funciones de lucha libre en las que participó. Sus dos primeras películas, dirigidas por Joselito Rodríguez, se filmaron en Cuba, y el rodaje terminó justo un día antes de que Fidel Castro entrara en La Habana y declarase el triunfo de la Revolución. Fueron Santo contra el Cerebro del Mal y Santo contra los Hombres Infernales. A pesar de ser películas de bajo presupuesto y medio improvisadas, tuvieron un éxito inusitado.

Seguiría una larga serie de películas hasta sumar cincuenta y dos. El ya legendario Santo se enfrentaba a zombis, mujeres vampiro, científicos locos y toda clase de criminales. Era el adalid de la justicia, el eterno representante del Bien, que vence una y otra vez al Mal. Esas películas tuvieron gran aceptación no sólo en México sino también en otros países latinoamericanos, en Europa y en lugares tan remotos como Turquía y El Líbano. En Francia fueron consideradas joyas del surrealismo a la mexicana.

Entre las cintas más famosas en las que el Santo fue protagonista, están Santo contra las lobas; Santo contra los zombis; Santo contra las mujeres vampiro; Santo en el Museo de Cera; Profanadores de tumbas; Las momias de Guanajuato; Santo, el Enmascarado de Plata vs la invasión de los marcianos; El Tesoro de Moctezuma; Santo contra Capulina; Santo y Blue Demon contra los monstruos; Santo y Blue Demon contra el Dr. Frankenstein; Santo y Mantequilla Nápoles en la venganza de La Llorona, y otras muchas. Aunque el Santo solía filmar una película por año, hubo años en los que llegó a hacer hasta cuatro películas. Fueron varios los directores, destacándose Joselito Rodríguez, Alfonso Corona Blake, Gilberto de Anda y Miguel M. Delgado.

Se retiró de la lucha libre el 12 de septiembre de 1982 en el Toreo de Cuatro Caminos. Antes de subir al ring, fue entrevistado y dijo que se sentía tan nervioso como cuando debutó, cuatro décadas atrás: 

Las piernas se me doblan al decirle adiós al público después de tantos años. El Santo fue un luchador modesto, que tenía ansias de triunfar, que quería llegar lejos, y la única manera era enmascararme... Cualquier cosa que empieza tiene que acabar y la vida activa del Santo desgraciadamente termina en esta fecha. Me voy no porque me sienta en malas condiciones, no porque me sienta acabado, al contrario, pero sí creo que ha llegado el momento de decirle adiós a ese público tan hermoso, tan cariñoso. Me voy antes de que el público me vaya a echar. 

Esa tarde hizo equipo con Gory Guerrero, con quien formara la famosa Pareja Atómica, para enfrentar a Huracán Ramírez y El Solitario. Fue una lucha sangrienta, que por cierto perdieron. En sus últimos años, el Santo tuvo diversas presentaciones de magia y escapismo en el Teatro Blanquita, haciendo pareja con el Mago Yeo o Mago Comodín.

Durante su larga carrera, le quitó la máscara a varios luchadores, pero él nunca fue desenmascarado. Sin embargo, en 1984, en el programa Contrapunto, que dirigía Jacobo Zabludovsky, él mismo se quitó parcialmente la máscara y la imagen fue congelada para que todo el público se enterara de cómo era en realidad el rostro del célebre personaje. Sólo diez días después, el 5 de febrero de 1984, murió de un infarto agudo al miocardio luego de una presentación más en el Teatro Blanquita. Esa noche se liberó de la guillotina como parte de su actuación, pero en seguida sintió un intenso dolor en el pecho y se desvaneció en medio del escenario. Fue llevado al hospital, pero ya no pudieron rescatarlo y dejó de existir. Tenía 66 años. Alrededor de diez mil personas asistieron a su funeral, en una cripta del panteón Mausoleos del Ángel.

El Hijo del Santo continuaría con la leyenda, cubriendo también su rostro con la legendaria máscara plateada.

Estand con páginas de un cómic de El Santo expuestas en el museo (Stand with pages of an El Santo comic displayed in the museum) / Marrovi / CC BY-SA 4.0

English translation:

There will never be another like him. He was Mexico’s only real-life superhero — of flesh, blood... and mask. His name was Rodolfo Guzmán Huerta, born September 23, 1917 in Tulancingo, Hidalgo, standing 1.75 meters tall and weighing about 95 kilos. Working as a textile factory laborer, around 1933 he learned wrestling alongside his brothers Miguel and Jesús at Mexico City’s Police Casino. He debuted as a professional wrestler at 16. After using several ring names, he finally settled on El Santo, first fighting under that name on April 26, 1942 at Arena México. Initially a ‘rudo’ (heel), he soon switched to the ‘técnico’ (face) side. While he didn’t invent the famous ‘llave de a caballo’ (horseback hold), he popularized it as his signature move — sitting on an opponent’s back, pinning their arms against the thighs, interlocking fingers under their chin, and pulling backward until submission.

Capitalizing on his growing fame, the comic book Santo, El Enmascarado de Plata (Santo, the Silver Masked Man) launched at newsstands in 1950, publishing weekly until the 1980s. Initially featuring photos of the wrestler himself, he was later replaced by model Héctor Pliego (Mr. Mexico 1969).

Santo’s leap from the ring to comics to the silver screen was as rapid as his mid-air somersaults during matches. His first two films — Santo vs. the Evil Brain and Santo vs. the Infernal Men, directed by Joselito Rodríguez — were shot in Cuba, wrapping just one day before Fidel Castro entered Havana declaring the Revolution’s triumph. Despite their low budgets and improvisation, they became unexpected hits.

This launched a film series eventually totaling 52 movies. The now-legendary Santo battled zombies, vampire women, mad scientists, and all manner of criminals — the eternal champion of justice, Good perpetually triumphing over Evil. These films found success not just in Mexico but across Latin America, Europe, and as far as Turkey and Lebanon. In France, they were celebrated as gems of Mexican surrealism.

Among his most famous films were: Santo vs. the She-Wolves, Santo vs. the Zombies, Santo vs. the Vampire Women, Santo in the Wax Museum, Tomb Raiders, The Mummies of Guanajuato, Santo vs. the Martian Invasion, Moctezuma’s Treasure, Santo vs. Capulina, Santo & Blue Demon vs. the Monsters, Santo & Blue Demon vs. Dr. Frankenstein, and Santo & Mantequilla Nápoles in The Vengeance of La Llorona. While typically making one film annually, some years saw up to four releases, directed by Joselito Rodríguez, Alfonso Corona Blake, Gilberto de Anda, and Miguel M. Delgado.

He retired from wrestling on September 12, 1982 at El Toreo arena. Pre-match interviews revealed nerves matching his debut forty years prior: 

My legs tremble saying goodbye after so many years. Santo was a humble wrestler, hungry to succeed — the mask was my only way forward... All things must end, and Santo’s career sadly concludes today. I’m not leaving because I’m unfit — quite the opposite — but because it’s time to bid farewell to this beautiful, loving audience. I’ll exit before they demand it. 

That night, he teamed with Gory Guerrero (they were the famous ‘Atomic Duo’) against Huracán Ramírez and El Solitario in a bloody match they ultimately lost. In later years, Santo performed magic and escape acts at Teatro Blanquita alongside magicians Yeo and Comodín.

Throughout his career, he unmasked many opponents but was never unmasked himself —  until 1984, when on Jacobo Zabludovsky’s Contrapunto program, he partially removed his mask, freezing the image to finally reveal his face publicly. Just ten days later on February 5, 1984, after another Blanquita performance where he escaped a guillotine before collapsing mid-stage with chest pains, he died from acute myocardial infarction at 66. Approximately ten thousand attended his funeral at Mausoleos del Ángel cemetery.

His legacy continues through El Hijo del Santo, who wears the same legendary silver mask.


Este artículo es presentado por El Vuelo Informativo, una asociación entre Alcon Media, LLC y Tumbleweird, SPC.

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